Esta serie pertenece al género de la Fotografía Construída y dentro de esta a la Fotografía Narrativa o Puesta en Escena. Rompes con la foto directa o el instante decisivo de Cartier Bresson y te conviertes en un auténtico director de escenografía de una realidad ficticia, artificial y manipulada. En esta colección me sirvo de escenarios reales para la puesta en escena pero coloco en ellos a distintos personajes que chocan con ese entorno, jugando con la ironía. Con esto pretendo cuestionar la realidad atribuida a la imagen fotográfica como plantean autores como Joan Fontcuberta, Iroshi Sugimoto ó Cristina de Middel. Estas fotografías están hechas con artificio, con atrezo. La pose es artificial. Podría parecer que prima la actividad estética, pero la ficción puede decir la verdad sobre muchas cosas.
Con este trabajo pretendo sumergir al espectador en un mundo que le sorprenda y le invite a soñar y a pensar. Se trata de un proceso creativo donde juguemos todos con la ironía, el humor, la chispa y la imaginación. Podemos ver escenas que chocan, que desconciertan. Son ideas mezcladas para dar un resultado inesperado aunque muestran lo extraño como algo cotidiano. Este juego nos provoca una sensación de extrañamiento, ya que reconocemos a las personas, pero fuera del que debería ser su contexto.
El espectador deberá reflexionar sobre conceptos e ideas como el capitalismo, la sociedad de consumo, la posmodernidad, lo artificial contra lo natural, el cambio climático, la religión, los estereotipos de la mujer, etc. Todo ello en escenarios vastos, casi desérticos en ocasiones, pero siempre perdidos.
El significado se lo dejo abierto al espectador, que puede que le interese más la estética o composición que el mensaje, porque la cámara tiene la capacidad de transformar la realidad y la falsedad en algo bello.
Esta serie pertenece al género de la Fotografía Construída y dentro de esta a la Fotografía Narrativa o Puesta en Escena. Rompes con la foto directa o el instante decisivo de Cartier Bresson y te conviertes en un auténtico director de escenografía de una realidad ficticia, artificial y manipulada. En esta colección me sirvo de escenarios reales para la puesta en escena pero coloco en ellos a distintos personajes que chocan con ese entorno, jugando con la ironía. Con esto pretendo cuestionar la realidad atribuida a la imagen fotográfica como plantean autores como Joan Fontcuberta, Iroshi Sugimoto ó Cristina de Middel. Estas fotografías están hechas con artificio, con atrezo. La pose es artificial. Podría parecer que prima la actividad estética, pero la ficción puede decir la verdad sobre muchas cosas.
Con este trabajo pretendo sumergir al espectador en un mundo que le sorprenda y le invite a soñar y a pensar. Se trata de un proceso creativo donde juguemos todos con la ironía, el humor, la chispa y la imaginación. Podemos ver escenas que chocan, que desconciertan. Son ideas mezcladas para dar un resultado inesperado aunque muestran lo extraño como algo cotidiano. Este juego nos provoca una sensación de extrañamiento, ya que reconocemos a las personas, pero fuera del que debería ser su contexto.
El espectador deberá reflexionar sobre conceptos e ideas como el capitalismo, la sociedad de consumo, la posmodernidad, lo artificial contra lo natural, el cambio climático, la religión, los estereotipos de la mujer, etc. Todo ello en escenarios vastos, casi desérticos en ocasiones, pero siempre perdidos.
El significado se lo dejo abierto al espectador, que puede que le interese más la estética o composición que el mensaje, porque la cámara tiene la capacidad de transformar la realidad y la falsedad en algo bello.