Entiendo la fotografía como un medio de acercamiento a las relaciones de las personas entre sí y con su entorno. Mis vivencias personales son tierra fértil de la que brotan imágenes con mucha carga emocional. La cámara me sirve de memoria y me ayuda a ordenar mis miedos.

Con mis tomas narro mi ambiente, mi gente, mis viajes, la soledad, la dignidad pero también intento plasmar la vida social de lo que nos rodea, intentando hacerlo libre de prejuicios.

Empiezo a estudiar fotografía en la Escuela de Artes de Huesca, pero la enfermedad me impide continuar, por lo que decido hacerlo por mi cuenta en Zaragoza en escuelas como Spectrum, en el Seminario de Fotografía de Albarracín y con colectivos como 4F y AFZ.

Actualmente estoy trabajando en proyectos de fotografía participativa para dar voz a distintos colectivos con la asociación que dirijo: 36 mm Discapacidad Visual. Además me estoy formando en fotografía terapeútica.

Con la fotografía intento capturar el presente para no olvidarlo jamás. Pero además he descubierto que la fotografía puede ser la vía para aquellos con mayores dificultades. Promueve el conocimiento de uno mismo, el bienestar, la activación del cambio social positivo, mejora la capacidad de análisis visual… aportándonos la posibilidad de un crecimiento creativo y vital.